El resto de países de Europa decidieron en su momento reservar dichas frecuencias para las futuras redes móviles, ahora ya presentes, pero España decidió que lo mejor era ocuparlas. ¿Tiene sentido la medida? Ninguno. Ahora habrá que hacer frente a un gasto innecesario debido una la mala gestión.
Las frecuencias deberían estar liberadas antes del año 2015, por lo cual España ha decidido siendo previsora, en este caso sí, adelantar la fecha al 1 de enero de 2014. Otro gasto para el bolsillo de los españoles, y ya van demasiados. Al final han sido dos inversiones las que se han tenido que hacer para obtener un producto de dudosa calidad, ya que la imagen emitida roza los mínimos de definición permitidos.
Esperemos que por lo menos la calidad del servicio se vea mejorada, aunque lo dudo mucho. Simplemente la reducción de frecuencias supone un desembolso demasiado alto como para encima mejorarlo.
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